Una historia que contar...

Cuando estaba en la preparatoria conocí a muchos buenos amigos, muchos se perdieron en el transcurso del tiempo otros los conservo aún, y entre ellas estaba “ella” que atravesaba una crisis familiar, con muchas historias que contar, muchas de ellas tristes… la violencia familiar no era nada mencionada en una escuela con “prestigio”, para no variar era un tema olvidado y arrinconado como muchos otros, pero entre nosotras era un tema tan frecuente, real y que siempre nos provocaba un derrame desmesurado de lagrimas, siempre buscábamos la forma de ayudar, escuchar y de hacer todo lo que estuviera en nuestro alcance para consolarla o consolarnos. Ahora es mas fácil platicarlo entre nosotras, pero todavía hay recuerdos tristes que nos hacen nudo en la garganta. Nuestra relación con nuestro padres las peleas, los gritos, eran un tema cotidiano, supongo que propio de la edad, pero cuando los pleitos, los gritos, la amenazas salen de control pasamos a la etapa “2” como decíamos en ese entonces y alguna vez me toco escuchar una historia tan triste de golpes, encierros y muchas lagrimas. Tanto fue el impacto en ella que intento quitarse la vida. Pero gracias a una llamada a una de nuestro grupo de amigas, no sucedió nada. Fue muy doloroso, verla con la espalda lastimada, ahora mis ojos se llenan de lágrimas (otra vez) al recordar ese doloroso incidente. Sus papás ni se enteraron de lo que su hija estuvo a punto de hacer, hasta la fecha no lo saben, la relación actual con sus papás no es buena, ya no vive con ellos pero aún siguen los pleitos…los golpes cesaron afortunadamente pero su familia se ha perdido en un panorama de indiferencia, muy pocos lo sabíamos, pero hoy tengo el permiso de ella para contar lo que leen y es por una sola razón.

Hace unos meses me ofrecieron trabajar en un proyecto de “Prevención de Suicidios” donde se atenderán llamadas a TODAS las personas que necesiten ayuda. Me parece una magnifica idea trabajar para esta causa que es mas común de lo que unos se puede imaginar, detrás de muchos rostros se esconden historias muy difíciles, que muchos no pudiéramos resistir, una llamada la salvo a ella en este caso. Ahora yo quiero hacerlo con mas personas, sé que muchos no llamarán y tomarán la decisión equivocada, pero también sé muchos tomarán el teléfono y pedirán ayuda y quiero estar ahí para ayudarles.

*Hay muchas personas jóvenes que mueren por esta causa, lamentablemente la mayoría es por la falta de integración familiar, la depresión llega a cualquier edad, y hay un alto índice de suicidios en este país.